Es una acumulación de células debida a una proliferación acelerada o a la maduración y degeneración en la intensidad de las propias células. Está provocada por un factor desencadenante y se detiene cuando éste desaparece. La hiperplasia tiende hacia una arquitectura organizada u organoide, células y estructuras que se diferencian alcanzando la madurez completa y que se acompañan de vasos sanguíneos según un determinado orden espacial.
Desde el punto de vista patogenético pueden distinguirse dos grandes grupos de hiperplasias: las secundarias a una hipertrofia, y las primarias.
Las hiperplasias también se pueden clasificar en fisiológicas y patológicas. La hiperplasia fisiológica ofrece su mejor ejemplo en la proliferación glandular de la mama, tanto en la pubertad como durante el embarazo y la lactancia, asi como la que ocurre en las células musculares lisas del útero grávido, y en este caso se acompañan de hipertrofia importante de las células de músculo estriado preexistentes.
Dentro de las hiperplasias patológicas podemos citar:
El hamartoma o hamartoblastoma es un tumor constituído por una mezcla anormal (en la proporción o
disposición) de los elementos constitutivos de una tejido.
Durante el desarrollo del embrión y del feto puede suceder que un islote de tejido no sea utilizado. Este islote puede continuar desarrollándose de forma autónoma y sin finalidad, precisamente porque el tejido embrionario que lo forma está sustraído a toda norma y a toda actividad funcional. El producto de su desarrollo, parecido a una neoplasias, recibe el nombre de hamartoma o de displasia. El hamartoma, como la hiperplasia, posee también una estructura bastante ordenada, y, a menudo, tiene tendencia al finalizar su crecimiento y alcanzar su madurez completa al comienzo de la edad adulta.
El hamartoma es una malformación focal que se asemeja a neoplasma en el tejido blando de su origen. No es un tumor maligno, y crece en la misma velocidad que los tejidos circundantes. Se compone de los elementos del tejido encontrados normalmente en ese sitio, pero que están creciendo en una masa desorganizada. Aparecen en muchas diferentes partes del cuerpo y son, generalmente asintomáticos y pasan desapercibidos a menos que se descubran por un hallazgo casual al practicar un estudio de imagen por otro problema. Los hamartomas son el resultado de de una formación anormal del tejido normal, aunque las razones subyacentes de la anormalidad no se conocen completamente. Crecen junto con, y en la misma proporción que, el órgano del tejido que producen, y, a diferencia de los tumores cancerosos, sólo, en raras ocasiones, invaden o comprimen las estructuras circundantes de forma significativa.
Los hamartomas, que generalmente son benignos, puede causar problemas debido a su localización. Cuando están localizados en la piel, especialmente la cara o el cuello, pueden desfigurar extremadamente. Pueden obstruir prácticamente cualquier órgano en el cuerpo, tal como ojo, colon, etc. Son particularmente propensos a causar problemas importantes de salud cuando están localizados en hipotálamo, bazo o riñones.
Son ejemplos de hamartoma:
Coristoma: malformación congénita seudotumoral constituída por tejidos
maduros que se disponen de forma desordenada en localizaciones anómalas. Dicho de otra forma: Masa de tejido histológicamente normal presente en una localización anorma;.en esto se diferencia del hamrtoma.
Ejemplos de coristoma
Displasia es un término usado en patología para referirse a una anormalidad en la maduración de las células dentro de un tejido, y consiste, generalmente en un crecimiento de células inmaduras, con una disminución correspondiente del número y de la localización de células maduras. La displasia es a menudo indicativa de un proceso neoplásico precoz. El término displasia se utiliza típicamente cuando la anormalidad celular se restringe al tejido que la origina, como en el caso de una neoplasia "in-situ" precoz. Por ejemplo, la displasia epitelial del cérvix (neoplasia cervical intraepitelial) que consiste en una población creciente (básico-como) de las células inmaduras que están restringidas a la superficie mucosa, y no han invadido la membrana basal de los tejidos blandos más profundos. Los síndromes mielodisplásicos, o la displasia de células formadoras de sangre, muestran un aumentó en el número de células inmaduras en médula , y una disminución de células maduras, funcionales en sangre.
La displasia, en la cual se retrasan la maduración y la diferenciación de la célula, se puede poner en contraste con la metaplasia, en la que las células maduras, diferenciadas de un tipo son substituidas por células de otro tipo maduras y diferenciadas.
Segun su grado de alejamiento de un tejido al patron normal se las divide segun la clasificación Smurra M. en leve, moderada, intensa o severa
Displasia es un término usado en patología para referirse a una anormalidad en la maduración de las células dentro de un tejido, y consiste, generalmente en un crecimiento de células inmaduras, con una disminución correspondiente del número y de la localización de células maduras. La displasia es a menudo indicativa de un proceso neoplásico precoz. El término displasia se utiliza típicamente cuando la anormalidad celular se restringe al tejido que la origina, como en el caso de una neoplasia "in-situ" precoz.
Por ejemplo:
La displasia, en la cual se retrasan la maduración y la diferenciación de la célula, se puede poner en contraste con la metaplasia, en la que las células maduras, diferenciadas de un tipo son substituidas por células de otro tipo maduras y diferenciadas.
La metaplasia es un cambio reversible en el cual una célula de tipo adulto (epitelial o mesenquimatosa) es sustituida por otro tipo de célula adulta. El déficit de vitamina A produce rnetaplasia escamosa en el epitelio respiratorio. Las células metaplásicas probablemente procedan de la diferenciación anómala de células madre indiferenciadas, aunque también pueden resultar de la división de células diferenciadas preexistentes. Cuando estos persisten pueden provocar la transformación cancerosa del epitelio metaplásico. Así pues, el tipo más frecuente de cáncer del aparato respiratorio está formado por células escamosas.
Hay dos tipos de metaplasia
1. En los epitelios, o epitelial.
2. En el tejido conjuntivo o mesenquimatosa.
La metaplasia epitelial. Se observa en epitelios expuestos a traumatismos mecánicos repetidos o irritación crónica por inflamación prolongada.
El tipo más común es la sustitución de células cilíndricas por epitelios planos estratificados como ocurre en las vías respiratorias en el caso de bronquitis crónica o de fumadores; en el revestimiento de los conductos glandulares, por ejemplo: en la irritación crónica producida por cálculos en los conductos excretores de las glándulas salivales, en vesícula y el colédoco.
En la metaplasia mesenquimatosa las células del tejido conjuntivo pueden diferenciarse en cualquier otro tipo de elemento mesenquimatoso, por ejemplo: formación de huesos en los tejidos blandos que presentan un foco de lesión, como consecuencia de transformación metaplásica de los fibroblastos en osteoblastos.
La metaplasia epitelial casi siempre es reversible, pero las metaplasias del tejido conectivo que originan hueso, suelen ser irreversibles y dejan señales permanentes en el sitio de lesiones antiguas.
La metaplasia suele consistir en una respuesta de adaptación o protectora, ya que el nuevo epitelio escamoso metaplásico es más resistente a la situación más adversa del medio que lo que era el epitelio cilíndrico seudoestratificado. Sin embargo, la substitución representa un menoscabo, ya que generalmente supone una disminución de la función especializada. En el aparato respiratorio, por ejemplo, se pierden los mecanismos de defensa de los cilios y la secreción de moco del epitelio cilíndrico normal.
A menudo la transformación metaplásica es bastante ordenada y, en realidad, puede reproducir fielmente una arquitectura epitelial idéntica a la del epitelio escamoso normal. Sin embargo, en ocasiones, sobre todo cuando hay irritación o inflamación crónica persistente, el epitelio metaplásico es algo desordenado; esto es, las células varían en tamaño y forma, no presentan la orientación corriente entre sí y pueden tener variaciones pequeñas en volumen y cromaticidad del núcleo. Estos cambios se llaman “metaplasia atípica”; corresponden a una transición entre el cuadro ordenado de metaplasia y las formas desordenadas de displasia. La metaplasia escamosa atípica del epitelio bronquial de los fumadores de cigarrillos, es antecedente frecuente del carcinoma broncógeno de células escamosas.
Son ejemplos de metaplasia:
Es una neoformación que tienen su origen en las células de uno o varios tejidos; es atípica, autónoma, sin finalidad y progresiva.
Posee un crecimiento autónomo y sin finalidad pero mucho más lento que el de las neoplasias malignas. La morfología celular es bastante típica como la arquitectura hística que es ordinariamente menos desordenada y más organoide que la de los tumores malignos. Las células se diferencian y conservar, a menudo en gran medida, su función específica. El crecimiento es expansivo, razón por la que las neoplasias benignas presentan contornos nítidos en relación con los tejidos vecinos y a menudo están en cápsulas. No existen recidivas tras exéresis completa, ni metástasis.
Vea:
Características generales de los tumores benignos del hueso Características generales de los tumores benignos de partes blandas
Los tumores benignos del hueso generalmente no se extienden más allá de la cortical del hueso. A menudo estos tumores se rodean por un margen de hueso radio-denso.
Mientras los tumores de la metáfisis son comunes, los tumores de la diáfisis son raros. El diagnóstico diferencial de los tumores diafisarios benignos incluye granuloma eosinófilo y la displasia fibrosa.
Su crecimiento es bastante lento pero mucho más progresivo que el de las neoplasias benignas y susceptible de alcanzar dimensiones enormes. Se trata de un crecimiento y y masivo y los contornos de un tumor no son tan claros como los de las neoplasias benignas. Sigla exéresis quirúrgica no ha sido realmente completa, incluyendo también, en general, una pequeña capa de tejido sano vecino, existe recidiva local. Las metástasis son poco frecuentes y pérdidas aunque tanto el tumor como sus recidivas pueden presentar con el tiempo uno aumento de su malignidad y transformarse en una neoplasias maligna.(ejemplos: condrosarcoma grados 1 y 2).
En general, su crecimiento rápido y sin duración definida. La morfología celular es atípica y la arquitectura hística anárquica. La diferenciación, la madurez y la función específica de la célula están ausentes o reducidas, del modo más frecuente presentando anomalías. Al ser crecimiento invasivo e infiltrativo, la neoplasias no presenta contornos precisos en relación con los tejidos vecinos. Existe recidivas si la exéresis no incluye una amplia porción de tejido sano vecino, habiendo tendencia a la producción de metástasis,(ejemplos: osteosarcoma, sarcoma de Ewing, condrosarcoma grado III, histiocitoma fibroso maligno).
- los rasgos clínicos asociados con los tumores del hueso incluyen el dolor, la deformidad, y deterioro de función;
- el dolor es un rasgo común a casi todos los tumores malignos de hueso, pero puede o no estar presente en las lesiones benignas;
- los tumores malignos del hueso son normalmente asociados con el dolor profundo, sordo, qué, aunque no agudo y a veces no severo, realmente es angustiante para el paciente debido a su constancia;
- el dolor que persiste por la noche y no es aliviado por el reposo es sugestivo de malignidad; sin embargo, ciertos tumores benignos, como el osteoma osteoide, son característicos por el dolor nocturno;
- un dolor de espalda moderado, sordo, que de repente se vuelve insoportable después un trauma insignificante como sentarse en un sitio duro hace pensar en una factura por compresión de una vértebra involucrada por un cáncer metastático;
Muchos tumores corroen el hueso gradualmente y lo debilitan en tal magnitud que no puede resistir la tensión de uso ordinario. En tales situaciones, un trauma mínimo puede precipitar una fractura patológica. Si no había ningún síntoma previo al momento de la fractura, lo más probable es que el tumor sea benigno.
El quiste solitario del hueso, la displasia fibrosa, el fibroma no osificante, y los encondromas son lesiones benignas que frecuentemente su primera manifestación es una fractura.
Por otro lado, si la fractura se ha precedido por dolor sordo, continuo, la posibilidad de tumor maligno primario de hueso o metástasis es probable.